miércoles, 31 de octubre de 2012

La mente en blanco

No te preocupes porque tengas la mente en blanco; piensa que tener la mente en blanco es un buen punto de partida para llenarla de los pensamientos que te convienen.  Es preferible tener la mente en blanco que tenerla llena de pensamientos malos que te obsesionen.

martes, 30 de octubre de 2012

Guárdate de proteger exageradamente tus apariencias

A veces nos preocupamos más por nuestra apariencia de piedad que por la sustancia de nuestra conducta.  Pensamos que si tenemos una imagen intachable ante los hombres, hemos cumplido en no contaminar la percepción que se tiene de nosotros y de la congregación.  Pero eso no es así, Dios prefiere que ante Él seas integro, aunque la gente equivocadamente piense que no lo eres.  Guárdate de proteger exageradamente tus apariencias.  Créeme, la gente usualmente puede ver a través de la fachada que pones y frecuentemente el único que se engaña eres tú (y algunos de tus seguidores incondicionales), para tu propio mal.  Es importante comenzar a vivir la verdad en lo íntimo, en el lugar que solamente Dios puede ver, y evitar afanarnos por mantener nuestra buena imagen ante los hombres, a expensas de la verdad.

lunes, 29 de octubre de 2012

La mentira defiende a su anfitrión

La mentira es un pecado odioso.  La mentira se esconde y pasa por desapercibida porque se camufla dentro de la personalidad de la persona, actuando espontáneamente incluso para hacerse pasar por verdad.  La mentira defiende a su anfitrión porque si la descubren se queda sin hogar.  La mentira destruye familias, iglesias y pueblos.  La mentira hace mayor daño cuando la cultivan aquéllos que tienen puestos de autoridad, por eso procura aliarse con los líderes y les ofrece salidas fáciles a sus muchos problemas.  La mentira es abominable y los que la aman y la hacen no entrarán a la gran ciudad.  Cuídate de la mentira y no la practiques ni en su versión “light”.

domingo, 28 de octubre de 2012

Tú a lo tuyo

No le temas a nada ni a nadie porque si Dios está contigo, nadie podrá prevalecer contra ti.  Mantén tu confianza y tus ojos puestos en Jesús.   Tú a lo tuyo.  Ten fe y mantente firme.

sábado, 27 de octubre de 2012

Criar un hijo no es tarea fácil

Criar un hijo no es tarea fácil.  Hoy mi hijo mayor (tiene 14 años) tenía una actividad en el cine con un grupo del colegio.  El amigo que invitaba es respetuoso y de buena familia.  Como me pareció bien, lo dejé ir.  Incluso lo llevé al cine.  Al llegar al estacionamiento me dijo que la película era un poco de misterio y me pidió en el carro, antes de bajarse, que orara por él para que Dios lo protegiera.  Por supuesto oré.  Le pedí al Señor que le diera sabiduría y que si tenía que cerrar los ojos que lo hiciera en el momento adecuado y que no le afectase la película.  Aunque me pasó por la mente sugerirle que no viese la película, lo dejé verla, principalmente porque no me pareció sabio prohibirle que compartiera con sus amigos en una actividad relativamente sana.  Cuando lo recogí, él estaba contento porque la película no fue tan mala y los muchachos, que eran más de 20, la tomaron a relajo.  Me alegré de que la pasó bien y de que Dios estuvo con él, mitigando el daño.  Lo que más me gustó, sin embargo, fue que confiara en mí y me pidiera que orase por él, lo cual me alienta, porque implica que está creciendo con un saludable sentido de lo que debe ser el temor de Dios y respeto a su padre.

Hazte un chequeo médico antes de espiritualizar todos tus males

No siempre que te sientas descontrolado debes achacarle tu condición a problemas espirituales indeterminados, así que no permitas que tu indisposición te quite la paz.  Quien sabe si a lo mejor tu problema es que tienes un alto nivel de azúcar en la sangre, o algo por el estilo, que te descontrola y te hace conducirte fuera de lo normal.  Ve y hazte un chequeo médico antes de espiritualizar todos tus males, por si acaso.  Eso sí, también ora, lee las Escrituras, adora a Dios y ama al prójimo para que cubras todas las bases.

viernes, 26 de octubre de 2012

El día malo

Lo que más suele atormentar al cristiano que lleva muchos años en el Señor y que está pasando por una prueba profunda, y larga, es que de repente se encuentra ante una realidad que aparenta ser diferente a la teoría de lo que por años ha estado predicando.  Durante años, sus pruebas siempre han sido superadas dentro de un término razonable.  Las heridas han sido sanadas y ha salido fortalecido de todas las pruebas a tal punto que incluso pierde la sensibilidad porque piensa que los que no superan las suyas no tienen madurez espiritual.  Pero entonces llega “el día malo”, el día sobre el cual había oído y que había visto a otros pasar por él, sin entenderlo a cabalidad, porque el dolor del día malo solamente lo entiende el que pasa por él.  Cuando Dios te pase por el horno para purificarte, da gracias.  Baja tu cabeza y pide que te perdone por todas las veces que viste y no entendiste al que sufría ante tus ojos y aguanta con valentía, porque el día malo también pasará, y cuando termine tu prueba, que su final tendrá, serás mejor persona y entrarás en otra etapa de tu caminar con Él, una etapa bonita en la cual su presencia sentirás siempre en tu pecho compeliéndote a amar a los que sufren como tú sufriste.

Todos queremos conocer a Dios

Todos queremos conocer a Dios, saber como es y tratar de emularlo, porque en lo profundo de nuestro corazón sabemos que Dios es bueno y es un excelente aliado.  No nos damos cuenta, sin embargo, de que Dios siempre ha sabido que nosotros queremos eso, conocerle, saber cómo es, para poder venerarle e imitarle, así como nuestros hijos nos veneran y quieren imitarnos.  Sabiendo eso, Dios se hizo hombre y vivió como uno de nosotros para que observando su conducta, nosotros supiéramos cómo Él es y pudiéramos imitarle.  Para esto vino Jesús, Dios hecho carne, para enseñarnos el carácter de Dios con el fin de que nosotros aprendamos a conducirnos y le imitemos.  Para ayudarnos en la encomienda, Jesús envió posteriormente a su Espíritu Santo para que sirviera como nuestro ayudador en la tarea de hacer su voluntad, como Él hizo la del Padre.  Es cierto que Jesús vino a morir por nosotros, a derramar su sangre para la expiación de nuestros pecados, pero al mismo tiempo vino para mostrarnos al Padre, así que si hemos conocido a Jesús, hemos conocido al Padre.  Imitémosle.

jueves, 25 de octubre de 2012

La intención es sustancial

Si Dios puede hacer lo que quiera porque no hay nada imposible para Él, entonces: ¿Cómo puedo lograr que quiera involucrarse en mi vida y cambiar las malas consecuencias de mis errores pasados?  Sencillo, acércate a Él con sinceridad y humildad.  Dios siempre escucha a un hombre, o a una mujer, que se acerque a Él con un corazón contrito y humillado.   ¿Y cómo puedo demostrar mi humillación?, quizás te preguntes.  Sencillo también.  Comienza por negarte a ti mismo.  Por ejemplo, ayuna de vez en cuando, si la salud te lo permite, y madruga para buscar Su rostro.  Funciona, hermano, funciona.  Quizás digas: “Sí, pero entonces estoy descansando en las obras y no en la gracia.”  A eso yo respondo que no, que simplemente estás sacando la carne del medio para entrar en la dimensión de Dios, la dimensión del Espíritu.  El método quizás sea inmaterial, pero la intención es sustancial.  Acuérdate siempre de que Dios quiere ver tu sinceridad mediante acciones concretas que demuestren tu fe.  Por algo se le dijo a Josué: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente”.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Para Dios todo es posible

Preséntale al Señor el día de hoy y preséntale también el día de ayer, pídele que perdone y sane cualquier error que en él hayas cometido, que mitigue las consecuencias, que te  ayude a corregir tus caminos y restaure tu vida, porque Él es el Dios del eterno presente, el único Dios, y no hay otro fuera de Él.  Para Dios todo es posible.  Aunque se nos enseña que tenemos que vivir con las consecuencias de nuestros errores, Dios, en su infinita misericordia y poder, puede restaurar lo que Él quiera.  Ten fe; no tienes que vivir sufriendo siempre todas las consecuencias de tu funesto pasado, porque Dios puede hacer las cosas nuevas en tu vida y darte gozo y paz.

martes, 23 de octubre de 2012

Un gran justiciero

Cuando sientas el deseo de actuar para corregir a un hermano que te agravia injustamente y luego se proyecta como un gran justiciero, recapacita y espera hasta que Dios te demuestre como actuar en amor y con ecuanimidad, porque la justicia del hombre difícilmente logra llevar a cabo la justicia de Dios. Espera a que Dios te dirija y que sientas paz antes de actuar, porque si tienes una pizca de inquietud mientras piensas en lo que va a hacer, es probable que lo que piensas hacer no sea conforme a la voluntad de Dios.

lunes, 22 de octubre de 2012

Llorar

Hay quienes viven pensando que Dios es bueno y misericordioso y por tanto perdonará todos sus pecados y los recibirá en las moradas celestiales eternas sin importar si se arrepienten de sus pecados o no; y hay quienes piensan que Dios es tan severo que castigará hasta el más pequeño de los pecados.  Yo soy de los que piensan que en el Cielo habrán sorpresas, tanto porque llegarán a entrar personas que muchos pensaron que jamás entrarían, o porque no entrarán personas de mucha reputación y conocidos por sus grandes ministerios.  Quien llegue al Cielo lo determinará Dios, quien es misericordioso y juzga con profundidad y verdad.  Por eso trato de ser muy cuidadoso en mi evaluación de las vidas espirituales de los demás, tanto para no considerarlos súper espirituales, como para no juzgarlos como pecadores sin remedio.  Prefiero invertir mis energías espirituales en mi auto evaluación (aunque a veces se hace difícil evitar juzgar), porque en aquel día yo quiero poder ver a Jesús sin tener que avergonzarme.  Es preferible llorar en la tierra, y que mis lágrimas sean enjugadas en el Cielo, a reír en la tierra y vivir una eternidad en un lugar donde lo que me espera, si calculo mal, es el lloro y el crujir de dientes.

domingo, 21 de octubre de 2012

El problema de los embrollados

Hay iglesias grandes y ricas que edifican y hay iglesias chiquitas y pobres que no edifican; de igual manera hay iglesias chiquitas y pobres que edifican e iglesias grandes y ricas que no edifican.  También tenemos ricos que aman a Dios y pobres que no lo aman; de igual manera tenemos pobres que aman a Dios y ricos quienes pasan de Él.  Por otro lado, las Escrituras nos enseñan que difícilmente un rico heredará el Reino de los Cielos.  Supongo que el punto de partida para el análisis del grupo al cual uno quiera pertenecer quizás deba ser la preponderancia de las probabilidades.

Como dato adicional, en mis 40 años en el Señor he visto que frecuentemente las iglesias grandes terminan metiéndose en grandes proyectos que requieren grandes  inversiones, obligando a sus líderes a fomentar el crecimiento en la membresía para generar las ofrendas que puedan costear presupuestos que suelen salirse de lo proyectado, mientras que las iglesias pequeñas, que no tienen mucho para invertir, gastan lo poquito que generan en ayudar a sus miembros necesitados.  Pero el problema de los embrollados no es solamente que invierten mucho tiempo y horas de sueño en sus proyectos, sino que luego, por necesidad, inclinan la agenda de la enseñanza hacia la importancia del llamado diezmo, relegando a segundo plano la devoción a Dios, la santidad y el amor al prójimo con sencillez y dedicación.

sábado, 20 de octubre de 2012

Nuestras grandes frustraciones

Casi todas las frustraciones de nuestras vidas tienen que ver con algo temporal.  Cuando nos enfocamos en las cosas espirituales vivimos en la dimensión de lo eterno y pocas cosas nos pueden perturbar y quitar la paz.  En eso Jesús nos dio el ejemplo con su conducta y nos dio una hoja de ruta para vivir.  Cuando no son los hijos, es la hipoteca, y si no los muebles, o tal vez el trabajo, o para colmo las cosas no te van bien en tu ministerio.  Tratamos de servirle al Señor, pero de tiempo en tiempo surge un tranque en nuestras vidas que aparentemente contradice lo que en teoría nos enseña la Palabra de Dios en cuanto a que tendremos paz, pero no hay tal contradicción.
Jesús nunca perdió la paz.  Así de memoria solamente se me ocurren dos eventos principales en los que su conducta se podría considerar como fuera de lo normal, según nuestro criterio humano sobre cómo debiera conducirse un ser humano perfecto.  El primero es cuando sacó a los mercaderes del templo y el segundo cuando le pedía al padre que pasara de él la copa, que en cierta forma lo podríamos considerar como yuxtapuesto a sus palabras finales cuestionando al Padre por haberle abandonado, si tomamos la agonía de Getsemaní como parte integral del proceso de crucifixión.  A mi modo de ver, ninguno de los dos eventos, o los tres, si queremos verlos por separado, demuestra debilidad por parte de Jesús, sino más bien nos deben dar esperanza porque nos demuestran que, como humano, el experimentó las pasiones que nos aquejan y por ello puede entender nuestras frustraciones y debilidades.
Jesús te entiende cuando te enojas con el que te agravia pero te pide que recapacites y, a través de las palabras inspiradas de las Escrituras, te insta a que no permitas que el enojo se apodere de ti, sugiriéndote que ni siquiera te acuestes a dormir enojado para evitar que crees raíces de resabio.  Por otro lado, Él también entiende tu agonía cuando te sientes que Dios te ha desamparado.  Pienso que todos tenemos que pasar por el túnel de la desesperanza, ese túnel oscuro que nos hace sentir como si Dios nos ha desamparado.  Un túnel oscuro, pero que mientras pasamos por él vemos con claridad en nuestras fantasiosas mentes las vidas de otros hermanos que son prósperas, apacibles y con apariencia de estabilidad.  Pero eso es así en tu mente, no en la realidad, porque todos pasamos por intensas vicisitudes en la vida, aunque unos somos más o menos reservados que otros.  En nuestras mentes las evaluaciones que hacemos de los demás frecuentemente son exacerbadas por el tentador que nos quiere hacer pensar cosas que no son la realidad, cosas fantasiosas que nos llevan al umbral del pecado, si no nos damos cuenta a tiempo y revertimos a una actitud de confianza, fe y esperanza.  Si quiero que él quede hasta que yo venga, a ti qué, dijo el Maestro, poniéndolo en mis propias palabras, a modo de ilustración.  No debemos compararnos con los demás porque no tenemos los elementos de juicio para hacer una evaluación justa; eso le corresponde a Dios, que es el único que lo sabe todo.
Todos tenemos que pasar por nuestro propios túneles (o valles de sombra de muerte, si prefieres así llamarlos), como las aceitunas pasan por la prensa para que se extraiga el aceite virgen de la primera prensada, pero en nuestro caso se extrae una fe pura, productiva , sobrenatural y más preciada que el aceite virgen, e incluso que el oro que por fuego pasa para purificarse, cuya fe nos ayudará a vivir en el plano de lo eterno, permitiéndonos superar los vaivenes de lo que es temporal, ayudándonos así a vencer las frustraciones de nuestra vidas cotidianas.
En resumen, nuestras pruebas nos sirven para aprender a vivir mirando lo eterno, con el fin de que tengamos paz, y para ayudarnos a quitar los ojos de las cosas temporales, la causa principal de nuestras grandes frustraciones.

viernes, 19 de octubre de 2012

Vive tu vida cotidiana con naturalidad

La confianza en Dios se demuestra buscando su rostro, estudiando su Palabra y amando al prójimo.  Si haces eso, no te tienes que preocupar por lo demás; simplemente vive tu vida cotidiana con naturalidad y verás que lo demás viene solo.  A mi modo de ver, así se confía en Dios.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Cuando confías en Dios, todo fluye

Mientras más confías en Dios, menos te ofuscan tus planes, menos te ofuscan las alternativas disponibles para actuar, menos te ofuscan los detalles de tu futuro, menos te ofuscas en cómo buscarte el pan, menos te ofuscas con los que te persiguen, y más disfrutas del cariño que recibes y puedes dar a los tuyos y, sobre todo, más te deleitas en Dios, en su Palabra y en cómo agradarle. Mientras más confías en Dios, menos tienes que cavilar sobre tu destino, porque te dejas llevar por el corazón, después de haberte llenado de Su presencia y saturado de Su Palabra. Cuando confías en Dios, todo fluye.

martes, 16 de octubre de 2012

La protección de Dios

No le temas a nada ni a nadie que te amenace o amedrente, porque más grande es el que está en ti que cualquier enemigo que te esté amenazando o amedrentando.  Si buscas el rostro de Dios y le sirves de corazón, siguiendo sus mandamientos y amando profundamente y en verdad, no solamente a tus parientes y amistades cercanas, sino a todo el que te rodea, entonces gozarás de la protección total de Dios y tendrás paz.

domingo, 14 de octubre de 2012

Es bueno digerir despacio la disciplina de Dios

Dios tarda mucho tiempo en airarse con nosotros y nos da tiempo para que nos arrepintamos y enderecemos nuestros caminos, pero cuando decide actuar para corregirnos, si es que tenemos la “dicha” de que Él decida tratarnos como hijos y disciplinarnos -- porque también podría ignorarnos y dejarnos que prosperemos en nuestro pecado, lo cual es infinitamente peor para nosotros --  lo hace contundentemente y no hay nada que podamos hacer para salirnos del alcance de su poderosa mano.

Si decidimos humillarnos y soportar su disciplina, su restauración también suele ser lenta y paulatina, aunque segura.  Presumo yo que nos restaura despacio para que no nos emocionemos demasiado con su nueva consolación, y prosperidad, y nos vayamos a pecar por la emoción de sentirnos en victoria nuevamente.  En mi caso particular, la vida en Él me ha enseñado que es bueno digerir despacio la disciplina de Dios.

Es mejor que te arrepientas a tiempo

Siempre he visto con recelo a todo cristiano, líder o no líder,  que se proyecta como perfecto en sus ejecutorias, porque es muy probable que sus grandes errores, por no decir pecados, frecuentemente sean guardados en secreto, pues ingenuamente piensan, consciente o inconscientemente, que, si la gente no se entera, tales errores no tendrán consecuencias en sus vidas.  Pero, se olvidan de que Dios lo ve todo y de que no hay nada oculto que en su momento no sea manifiesto.  El que confiesa su pecado, y se aparta, alcanzará misericordia; así que es mejor que te arrepientas a tiempo, antes de que Dios te llame a rendir cuentas.

sábado, 13 de octubre de 2012

Hay quienes necesitan más

A veces pienso que es mejor dedicarle tiempo al que está necesitado de verdad, y quiere conocer mejor a Dios, que dedicarle tiempo a tratar de corregir al hermano que persiste obstinadamente en seguir en su equivocado camino.   Es bueno tratar de corregir al hermano que yerra porque si logramos que cambie para bien, bien hacemos, y salvamos un alma de la condenación; pero no debemos perder mucho tiempo en ello porque hay quienes necesitan más del amor de Dios y esperan por alguien como nosotros que les ministre.  Debemos ser conscientes de que el hermano obstinado en su mal camino, y que rechaza nuestra ayuda, puede ser una distracción para sacarnos del principal objetivo de Dios para nuestras vidas, a saber: predicar el evangelio a toda criatura y ayudar al necesitado.

Podría ser preferible ser inconverso que un creyente equivocado

A veces pienso que es preferible ser un pecador sin haber conocido a Jesús que un creyente sustancialmente equivocado, porque el primero tiene la esperanza de tener un encuentro con Jesús, nacer de nuevo, y salvar su alma, pero el segundo, en su error sustancial, podría estar yendo rumbo al infierno y a la misma vez pensar que todo anda bien en su vida.

viernes, 12 de octubre de 2012

Dios es amor y el amor sana todas las heridas

A veces pensamos que no podemos vivir sin nuestra pareja; que no podemos vivir sin nuestros hijos; que no podemos vivir sin nuestro trabajo; que no podemos vivir sin nuestra congregación; y que no podemos vivir sin nuestros amigos.  De repente, nuestra pareja deja de estar a nuestro lado; nuestros hijos se van o nos premueren; hemos perdido nuestro trabajo; nuestra congregación dejó de ser porque evolucionó; y nuestros amigos ya no están en nuestras vidas.  Pero a pesar del dolor y el desgarre del corazón, sobrevivimos, porque el espacio que vacío quedó, ahora lo llena Dios.  Una buena e intensa relación con Dios puede sanar cualquier herida que haya dejado la pérdida de un cónyuge, de un hijo, de un trabajo, de una congregación, o de tus mejores amigos, porque Dios es amor y el amor sana todas las heridas.

Espera bien

A veces en el silencio y la espera Dios nos enseña las cosas más sublimes de Él, pero tenemos que esperar bien, sin pecar.  De lo contrario podemos perder el beneficio acumulado durante años de sufrimiento.  Hermanos, tenemos que aguantar y perseverar hasta el fin, aunque nos sintamos que no tenemos adonde ir aquí en la tierra para obtener socorro porque la fuente de nuestro sufrimiento quizá sea precisamente quien se supone que nos consuele.  Si estás sufriendo un agravio injustamente, mantente ecuánime y espera.  Si ya interviniste y no dio fruto tu intervención, entonces déjaselo en las manos a Dios, porque Él no te abandonará y tu consuelo de seguro llegará.  Pero acuérdate: espera bien.

jueves, 11 de octubre de 2012

Humilde y orgulloso de mi humildad

A veces nos engreímos por nuestros estudios y los logros que hemos tenido, incluso si son estudios relacionados con las Escrituras y logros de personas de bien; a veces nos envanecemos por haber criado a nuestros hijos de forma excepcional; a veces pensamos que hemos sido mucho más prudentes que los demás y que por eso gozamos de estabilidad económica y emocional; a veces creemos que somos la fuente de lo bueno que nos sucede, y que lo malo que nos pasa es por culpa de los demás;  y frecuentemente nos consideramos tan humildes, que nos proyectamos orgullosos de nuestra humildad.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Las complicaciones de la vida

Son tantas las complicaciones de la vida, como por ejemplo, las intrigas, las motivaciones turbias, las manipulaciones de sentimientos, el control emocional por medio del control económico, las mentiras disfrazadas, y el menosprecio de tu amigo si no está de acuerdo con tus objetivos, que he llegado a la conclusión de que la mejor forma para batallar contra esas complicaciones es mediante el amor.  De lo contrario, pronto te encontrarás batallando con las mismas armas de los otros, de los que no aman, de los que utilizan cualquier medio para lograr sus objetivos.  Por eso, ama y actúa de acuerdo a la verdad, aunque tu lucha aparente no rendir fruto, porque eventualmente el amor prevalecerá.  Y si mueres antes, moriste amando; no concibo mejor manera de morir.

El rechazado crecerá porque Dios está con él

A veces el rechazo de los hermanos con quienes te has codeado por mucho tiempo, en ocasiones menospreciando a los hermanitos más humildes cuando compartías con los que hoy te rechazan, es bueno.  Es bueno porque te ubica en el contexto de los humildes, que frecuentemente son rechazados por los que gozan de mayor popularidad.  Los nuevos hermanitos, y los más humildes, debieran ser nuestra prioridad, sin olvidar las amistades de antaño, por supuesto.  Por eso pienso que es bueno sufrir rechazo de vez en cuando, porque ese tipo de sufrimiento nos sensibiliza a los sentimientos de los menos afortunados.  Eso sí, no vayas a pensar que porque tu conducta como rechazador hace crecer al rechazado tú, que menosprecias a tu hermano, vas a ser recompensado.  No señor, el rechazado crecerá porque Dios está con él, pero tú que no te conduces como verdadero hermano tendrás que explicar tu conducta cuando te llamen a dar cuentas en aquel día o, si tienes suerte, antes.

martes, 9 de octubre de 2012

Evangelio con puerta ancha y camino amplio

Si estamos enseñando un evangelio con puerta ancha y camino amplio, probablemente no estemos enseñando el verdadero "evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios."

La puerta es estrecha y el camino angosto

Sabes qué, a veces tratamos de suavizar el evangelio para que las personas no se ofendan y se queden contentos en la iglesia, pero una vez suavizas el evangelio, lo acabas de adulterar, no solamente poniéndole tropiezo al que busca la verdad, sino arriesgando tu propia relación con Dios.  La tibieza prevalente en muchas de nuestras iglesias se debe frecuentemente a que nosotros comprometemos la verdad para agradar a muchos, cuando la Palabra de Dios nos enseña que debemos enseñar a muchos la verdad, tal como es, aunque se salven pocos, “porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos.”  Debemos siempre acordarnos de que la puerta es estrecha y el camino angosto.

lunes, 8 de octubre de 2012

Sacados de contexto para ponerlos en contexto

"No todo el que me dice Señor, Señor entrará…, muchos son los llamados, mas pocos los escogidos…, el que no ama, no ha conocido a Dios…, aquel que aborrece a su hermano es homicida…, el que aborrece a su hermano está en tinieblas…, el que no ama a su hermano permanece en muerte…, ningún homicida tiene vida eterna permanente en él…, los injustos no heredarán el reino…, ni los fornicarios…, ni los idólatras…, ni los adúlteros…, ni los afeminados…, ni los que se echan con varones…,  ni los ladrones…, ni los avaros…, ni los borrachos…, ni los maldicientes…, ni los estafadores…, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?...,  te mostraré mi fe por mis obras…, no améis al mundo, ni las cosas…, estrecha es la puerta…, angosto es el camino…, no podéis servir a Dios y a las riquezas… ninguno que poniendo su mano en el arado…, no peques más…"

A veces pensamos que un hermano es hipócrita

A veces pensamos que un hermano tiene algo contra nosotros porque nos pasa por el lado en la iglesia y no nos saluda, pero la realidad puede ser que se comió una pizza que le cayó mal y está tratando de digerirla.  A veces pensamos que un hermano es hipócrita porque dice que nos ama y no nos llama cuando estamos en cama con un catarro, pero la realidad es que el hermano puede estar pasando por una situación peor que la nuestra y quien debiera llamarlo a él somos nosotros.  Frecuentemente pensamos cosas que son diametralmente opuestas a la realidad, y si no nos aplicamos el mandamiento de no juzgar, puede ser que nos vaya mal, muy mal.  Dios nos da su palabra para protegernos, para que la apliquemos y nos vaya bien.

domingo, 7 de octubre de 2012

Una de las más miserables de las tentaciones

Cuando te vaya mal en el ámbito económico y de repente tengas la oportunidad de convertir tu ministerio en una máquina de producir dinero, recapacita, porque podrías estar siendo probado y si conviertes lo que se te dio por gracia en una fuente importante de lucro, podrías estar a punto de caer en una de las más miserables de las tentaciones, la cual cuando caes en ella se convierte en modo de vida y te ciega.  Esa destructora tentación, convertida en sutil pecado, empeora cuando para justificar tu caída se lo enseñas a los demás.   Entonces, el  pueblo necesitado, cuando te sigue, en vez de confiar en Dios, se entrega a la raíz de todos los males.

Miraba por la ventana de una habitación fresquita

Miraba por la ventana de una habitación fresquita, ayer temprano en la mañana. Mis ojos contemplaban las tejas de las bellas casas de estilo mediterráneo a la orilla de un precioso y apacible lago.  Era todo tan bonito, y tan pacífico, que pensé en Dios y el Cielo. Mis ojos se aguaron y lloré.  Lloré por el deseo de estar con mi Dios en el lugar que tiene preparado para mí.  Nada más me interesa.  Y a lo terrenal que le dedico tiempo y esfuerzo en este mundo, se lo dedico solamente para halagar a mis hijos y esposa para ver si demostrándoles el amor que Dios ha puesto en mí, como mejor pueda, logro persuadirlos a que amen a Dios sobre todas las cosas, porque quiero vivir con ellos en la morada eterna que Jesús tiene preparada para los que le aman.


viernes, 5 de octubre de 2012

¿Por qué piensas que Dios ha sido injusto contigo?

Vamos a ver,  ¿Por qué piensas que Dios ha sido injusto contigo?  Será porque no tienes tanto dinero o bienes como otros cercanos a ti.  O quizás sea porque tu cónyuge te abandonó después de muchos años de convivencia y de tú haberle dedicado los mejores años de tu vida.  O a lo mejor sea porque tus hijos no son lo que tú quisieras que fuesen.  También podría ser que tu insatisfacción se debe a que los hermanos te desprecian o ignoran, que a veces puede ser peor.  Es más, poniéndonos frívolos, digamos que quizás pienses que Dios te pudo haber hecho más guapo o guapa, con rasgos bonitos, deseables, agradables a ti y a los demás.  Y por último, puede ser que tu incomodidad se basa en que Dios no te habla como tú quisieras que te hablara.

Escucha bien, ni tú, ni yo, somos mejor que Jesús, el Hijo de Dios, quien se despojó voluntariamente de su Gloria para hacerse hombre y morar con nosotros para, entre otras cosas, salvarnos, enseñarnos cómo puede ser nuestra relación con el Padre, y darnos ejemplo de sujeción y confianza.  Siguiendo el orden de los ejemplos dado en el párrafo anterior, podemos ver que: en cuanto a dinero y bienes, Jesús no tenía dónde reposar su cabeza; en cuanto a que te dejen solo, a Él todos sus discípulos le abandonaron; en cuanto a tus hijos, Él nunca se casó ni tuvo hijos; en cuanto a los hermanos que te desprecian o ignoran, su pueblo le rechazó hasta llevarlo a la cruz; en cuanto a hermosura personal, “no hay parecer en él, ni hermosura”; y en cuanto a recibir palabra de parte de Dios, al final terminó su vida diciendo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

Si yo fuera tú (que en cierto modo lo soy), me pondría en yuxtaposición a Jesús (que lo hago), para poder entender las similitudes y diferencias entre ambos, y al hacerlo entendería (que lo entiendo) que si Él, siendo el Hijo de Dios (igual a Dios), tuvo que pasar por todo lo que pasó, entonces yo debiera entender (que lo entiendo) que nada de lo que me suceda o de lo que me deje de suceder tiene importancia, siempre y cuando yo esté siguiendo sus mandamientos con humildad, sinceridad y dedicación.  Por eso entiendo que no nos debemos comparar con nadie, aparte de Jesús, para que entendamos que a pesar de todo, Dios no ha sido injusto con ninguno de nosotros.

jueves, 4 de octubre de 2012

No te vayas a "esmandar"

Escucha bien, Dios prefiere que hables con Él de tus frustraciones con la forma en que Él está bregando contigo, a que te tragues tu descontento y crees un profundo resentimiento que te amargue el alma.  Él te persuadirá si le hablas con respeto y cordura, aunque reflejes cierta frustración.
El enemigo de tu alma quiere hacerte creer que Dios siempre va a bregar contigo a la brava.  Pero no es así, Dios es amoroso y comprensivo, pero tienes que creer que Él es amoroso y comprensivo.  El enemigo de tu alma quiere hacerte creer que Dios siempre te mira con el fuete en mano y el brazo alzado para pegarte al primer indicio de rebeldía, pero no, no es así, sino que más bien es exactamente lo contrario.  ¿Sabes qué?, Él está siempre dispuesto a perdonarte y tratarte con cariño, dirigirte, consolarte, y enseñarte con amor el camino que debes tomar, si te acercas a Él creyendo, aunque empieces el proceso discutiendo (levemente, por supuesto, no te vayas a “esmandar”).  Dios es bueno.   Repítelo varias veces hasta que penetre en lo profundo de tus pensamientos y te convenzas de que te ama y verás que te irá mejor.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Adversidades cotidianas


Pienso que no podemos vivir una vida victoriosa en el Señor si no tenemos una vida devocional adecuada; y no podemos tener una vida devocional adecuada si no vivimos de acuerdo a sus preceptos; y no podemos vivir de acuerdo a sus preceptos si no amamos al prójimo; y me parece difícil amar al prójimo si no nos amamos a nosotros mismos.  Cuando amamos, no tememos, porque en el amor no hay temor.  Y si no tememos, entonces no nos irritaremos cuando las cosas no salgan como queremos o pensamos que debieran salir, porque al no temer confiamos en que Dios tiene su mano en todo, siempre que hayamos cumplido con nuestra parte del acuerdo.

Nos irritamos cuando un empleado de una agencia de gobierno, o de una empresa, con quien estamos interactuando nos trata con desdén y criticamos su mediocre conducta, sin entender que Dios lo permite con un propósito; quien sabe si Él quiere que te demores un poco más en ese lugar para hacer su voluntad, facilitando o evitando un encuentro posterior con alguien que te beneficiará o perjudicará.  Criticamos a Amazon porque se demoró en enviarnos un artículo que nos hace falta y no entendemos que por alguna razón Dios permite esa demora.  Regañamos a nuestros hijos por pequeñeces, sin darnos cuenta de que su conducta ha sido inspirada por Dios para enseñarnos algo o de que Dios nos está mostrando algo que no es perceptible a nuestros ojos y quiere que ores por ellos para evitar o protegerlos de algo más profundo que está pasando en su desarrollo emocional.  En fin, vivimos irritados por todo, hasta por el país donde vivimos, que si por el crimen, que si por las actitudes de la gente, que si por los gobernantes, que si por la economía, que si por los cristianos fatulos, que si por las agencias de gobierno, que si por los raperos, que si por el polvo del Sahara, que si por el guardia de seguridad negligente, y por no dejar de criticar, nos tiramos a nosotros mismos, por aquello de ser justos, ya que somos cristianos y debemos ser honestos hasta con nosotros mismos.

Entiende bien, si has buscado de Dios y le sirves, Él utilizará todas tus actividades cotidianas para dirigirte, ya sea para indicarte el camino que debes tomar, o simplemente llevarte a ese camino sin que ni siquiera te des cuenta de que te está dirigiendo.  En algunos casos, Dios te permite entrar en relaciones de adversidad para que ores por las situaciones que la crean, porque puede ser que haya algo que necesita de la intervención de su mano y te revela el conflicto para que intercedas y no para que te irrites por lo que sucede.  Acuérdate de que una pequeña intervención divina puede cambiar el destino de un pueblo.  En fin, no te irrites por las adversidades cotidianas, porque frecuentemente son utilizadas por Dios para dirigirte.

martes, 2 de octubre de 2012

De poco sirven

De poco sirven los pensamientos del hombre si su espíritu no es iluminado por el Altísimo.  De poco sirve clamarle al Altísimo si no se hace en espíritu y en verdad.  De poco te sirve decir, e incluso pensar, que amas a Dios, si no amas a tus hermanos en la fe.  De poco sirve trabajar para tu congregación, si ignoras a tu familia y la tienes casi abandonada.  De poco sirve dar mucho para la obra de Dios, si tienes a  tus padres abandonados en la pobreza.  De poco sirve ir a todos los cultos puntualmente, si no sacas tiempo para por lo menos llamar frecuentemente a tus padres.  De poco sirve tener muchos planes para la obra de Dios, si no ordenas tu vida devocional.  De poco sirve pensar, si tus pensamientos no se materializan en acciones buenas y poco valen esas acciones… si no se llevan a cabo para la Gloria de Dios.

lunes, 1 de octubre de 2012

Se supone que me amen y ayuden a crecer

Nunca subestimes el poder de la sangre, y no me refiero al de la sangre de Cristo, lo cual damos por sentado, sino me refiero al poder de la sangre de parientes por consanguinidad.

Desafortunadamente ese poder de la sangre a veces se canaliza para bien y otras para mal.  Por eso, la pelea entre hermanos puede ser peor que los conflictos entre amigos.  Algo tiene la sangre que nos hace amarnos mucho o aborrecernos con igual intensidad.

A veces me pregunto si ese mismo principio es aplicable cuando venimos a formar parte del cuerpo de Cristo y compartimos la misma sangre espiritual.  Yo, por ejemplo, he tenido conflictos con personas del mundo, pero nunca he sentido tanta animosidad de parte de ellos hacia mí como la que he sentido de parte de hermanos en Cristo que se supone que me amen y ayuden a crecer y sanar en el Señor, curiosamente líderes ellos en su gran mayoría.  Supongo que lo mejor es amar a, y orar por, todo aquel de parte de quien sientas animosidad, porque ese es el mejor antídoto para la contaminación del alma.