miércoles, 31 de julio de 2013

Sincero con Él


La mejor manera de demostrarle a Dios que eres sincero con Él probablemente sea apartándote de todo lo que Él aborrece.

Háblale

Si quieres que Dios te hable, háblale.

Juzgar es siempre peligroso


No pienses que debido a que hace tiempo que no ves a un hermano querido y apreciado, con quien frecuentemente compartías las cosas sublimes de Dios, eso quiere decir que ese hermano no tiene tan buena relación con Dios como la tenía antes.   Quién sabe, piensa que cabe la posibilidad de que sea tu relación con Dios la que ha menguado, pues de lo contrario, si hubieses estado tan consagrado como lo estabas antes, cuando tenías una buena relación con ese hermano, a lo mejor ya lo hubieses buscado.  No, si yo te digo, juzgar es siempre peligroso.

La mejor forma de fiarnos de Jehová

A mi modo de ver, la mejor forma de fiarnos de Jehová de todo nuestro corazón es siguiendo sus mandamientos; por eso debemos estudiar la Palabra de Dios.

Su Palabra como lumbrera

Nunca te apartes de la Palabra de Dios para seguir tu corazón, porque aunque los sentimientos que salen del corazón parecen muy bonitos y puros, a veces no son los sentimientos más correctos, porque “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

Si bien es cierto que del corazón salen los más profundos sentimientos de amor, de él también pueden salir las más confusas emociones, por cuya razón debemos siempre tener Su Palabra como lumbrera y nuestra mente lista para usar la Palabra como cedazo y guía para dirigir nuestras vidas en el Camino de la Verdad.  Por eso es tan importante que amemos a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, como nos enseñó Jesús.  A mi modo de ver, con nuestro corazón expresamos nuestros sentimientos más profundos, con el alma nuestro ser interior se expresa y nuestra mente nos ayuda a ejercer nuestra voluntad de acuerdo con Su Palabra, para que nuestra entrega se convierta en nuestro “culto racional”.

martes, 30 de julio de 2013

¡Ay hermano!


Nunca menosprecies a un hermano de buena reputación que falle, por el mero hecho de que en tu interior “sabías” que él algún día fallaría.   ¡Ay hermano! ¿Acaso no sabes que es muy probable que algún día tú también fallarás?

Profundos pensamientos e intensos sentimientos de amor

A veces tu mente divaga sobre un ministerio glorioso, donde puedas expresar ante las multitudes tus profundos pensamientos y compartir tus intensos sentimientos de amor, de ágape, del amor de Dios, pero Dios no te permite participar de la grandeza humana y te lleva a un pequeño rebaño apartado, insignificante ante los hombres, pero preciado ante Dios, a un lugar adonde nadie estaba dispuesto a ir, pero Dios te llevó allí, porque allí era donde Dios necesitaba a una persona dedicada, con profundos pensamientos e intensos sentimientos de amor, de ágape, del amor de Dios.

No dañes el plan de Dios para tu vida pecando

No dañes el plan de Dios para tu vida pecando; y si pecas, resuelve el problema pronto, porque Dios no suele ayudar al que peca y no se arrepiente.

Debes confiar

Aunque el hombre te falle, Dios nunca te fallará.  Debes confiar.

Aunque te duela

Mantén una buena actitud ante la adversidad siempre, aunque te duela.

Haz el bien

Haz el bien sin esperar nada a cambio.  Y si una vez hayas hecho el bien los beneficiados por tus acciones te rechazan, bienaventurado eres, porque entonces quien reciprocará tu buena obra será Dios, y ya sabes los recursos que Dios tiene para ello.

lunes, 29 de julio de 2013

Esa es su naturaleza


Si te sientes derrotado y desanimado porque nuevamente le fallaste a Dios, no te escondas y comiences a divagar en tu mente, lamentándote por tu nuevo fracaso, más bien arrepiéntete, tráele tu situación al Señor y levántate.  Él te dará nuevas fuerzas y una nueva encomienda.  Dios siempre nos perdona si venimos ante Él con una actitud correcta, porque esa es su naturaleza.  Dios es amor.

Con toda seguridad


Difícilmente digamos algo bueno que jamás se haya dicho y difícilmente hagamos algo bueno que jamás se haya hecho, pero con toda seguridad podremos decir algo bueno que nosotros jamás hayamos dicho y hacer algo bueno que nosotros jamás hayamos hecho.