Como regla
general, casi todas las actividades necesarias para la vida del ser humano le
dan placer cuando las hace, porque así lo ha diseñado Dios. Por ejemplo, comer (para subsistir) y la
actividad sexual (para la reproducción).
Ambas actividades fueron mandadas por Dios desde el principio. Es curioso que cuando Dios te manda a hacer
algo, Él te facilita los medios para que lo hagas y suele incentivarte dándote
el deseo de hacerlo y sentido de bienestar (o placer) cuando lo haces. Hay una actividad muy particular también
mandada por Dios que si la llevamos a cabo bien, también nos da placer: el
trabajo. Pienso que si enfocamos el
trabajo como algo mandado por Dios y pedimos dirección para llevarlo a cabo
(como quien pide dirección para encontrar la compañera o compañero junto a
quien unir su vida), una vez encontremos qué hacer para ganarnos el pan y
subsistir, y Dios nos lo confirme, desarrollaremos nuestra actividad laboral
con placer y ésta nos satisfará. ¿A qué
viene esta reflexión? Como casi todas,
porque Dios ha puesto en mi corazón que escriba sobre este tema. Porque el trabajo, al igual que nuestra
relación matrimonial, es parte importantísima de nuestras vidas y afectará
directamente nuestra calidad de vida, pero muchos no lo vemos, ni le damos, la
importancia que merece y no involucramos a Dios en el proceso de seleccionarlo. Ahora que muchos graduandos entran en el
mundo laboral, e incluso muchos que llevan trabajando durante años están
considerando un cambio de profesión porque no son felices haciendo lo que hacen,
me parece prudente que consideres lo que aquí sugiero y le pidas a Dios que te
dirija a ubicarte en el trabajo que Él tiene para ti y que te abra las puertas
y los ojos para entrar por ella, con el fin de que te puedas deleitar en el
trabajo que Él te dará. Esta reflexión probablemente
sea parte de la dirección de Dios para tu vida.
miércoles, 26 de junio de 2013
domingo, 23 de junio de 2013
La admiración y el respeto
Quien
le sirve a Dios de todo corazón tendrá adversidad en el mundo, pero también
tendrá la admiración y el respeto de aquéllos que anhelan tener una similar
relación con Dios, y eso es bueno.
viernes, 21 de junio de 2013
Tener comunión los unos con los otros
He escuchado muchas veces decir que en Puerto Rico no hay crisis porque Plaza de las Américas (PLA) siempre está llena, pero yo no estoy de acuerdo con esa teoría. Si usted se fija bien, pocas personas llevan bolsas llenas de compras. Pienso que muchos de los que van a PLA lo hacen para entretenerse, para caminar, compartir o meramente para sentir calor humano. En Puerto Rico lo que no hay es el sentido de urbanidad que prevalece en muchas ciudades del mundo. Camine usted por el centro de Salamanca, Heidelberg, Paris, o Florencia y usted verá otro tipo de sociedad. Los paseos son la orden del día, las conversaciones espontáneas eventos diarios de muchos y pasar un rato en familia cuesta mucho menos que aquí, donde salir casi de seguro conlleva un gasto importante. Por eso muchos van a PLA para satisfacer esa necesidad de tener comunión con otros seres humanos, porque después de todo fuimos creados para vivir en comunidad. Quizás la iglesia debiera tener este principio más arraigado y en vez de hacer actividades para entretener y colectar ofrendas (y no hablo sobre ninguna congregación en particular, es meramente un postulado de principio) se debieran hacer más actividades para compartir y tener comunión los unos con los otros, que después de todo, a eso nos ha llamado Dios.
miércoles, 19 de junio de 2013
Una palabra de dirección
Uno de los
principales escollos de alguien que triunfa en la vida es que se le hace difícil
escuchar las opiniones relacionadas con el proyecto de vida en el cual
han triunfado cuando éstas vienen de personas que no han logrado lo que ellos,
los que “triunfan”, han alcanzado; esto es así a veces porque piensan: “Por qué
voy a escuchar a alguien que ha fracasado”, o “me critica por envidia,” por dar
algunos ejemplos. Esto sucede en todos
los ramos profesionales de la vida, los seculares y los proyectos de la
iglesia. Por eso, para los cristianos,
es tan importante mantenerse humilde, aunque uno sea líder de una congregación
de 20,000 miembros. Dios tiene métodos
muy diferentes a los de los humanos para dirigirnos en Su Voluntad y puede
escoger a la persona más humilde, menos preparada académicamente, de pocos
logros materiales, e incluso sin mucha influencia en la iglesia, pobre en
cuanto a dinero, sin muchas conexiones en la comunidad, de presencia sencilla y
común, e inclusive que haya tenido ejecutorias “menores” a las nuestras, para
traernos un consejo directo de Él; si nosotros recibimos a esa persona con
prejuicio, menospreciando por algunas de esas razones su consejo, podemos
rechazar en el proceso una palabra de dirección que viene directamente del Trono
de la Gracia a nuestras vidas.
lunes, 17 de junio de 2013
Adversidades que vienen a nuestras vidas
No todas
las adversidades que vienen a nuestras vidas son enviadas por el enemigo de las
almas, algunas vienen directamente de Dios para enseñarnos alguna valiosa
lección o para dirigirnos en relación con algo en específico. Podría ser, por ejemplo, que Dios permita que
te den una multa por exceso de velocidad para que te controles al conducir, y
así evitar un mal mayor, o quién sabe si pierdes algo importante en tu vida por
haberlo puesto en lugar de Dios, una forma de idolatría.
jueves, 13 de junio de 2013
Todas las cosas obran para bien
Hay pruebas que vienen a nuestras vidas de la nada, simplemente para probarnos y ver cómo reaccionamos ante la adversidad, y hay otras circunstancias adversas que llegan como consecuencias de nuestros actos equivocados. Si decidimos catalogar las segundas como pruebas enviadas por Dios, entonces erramos y se nos hace más difícil reconocer cuál fue el error que cometimos para corregirlo y evitar cometerlo nuevamente en el futuro. Es importante tratar de discernir si nuestra tribulación es simplemente una prueba (como por ejemplo una enfermedad o un accidente inevitable) o las consecuencias de nuestros actos equivocados (como por ejemplo perder una gran cantidad de dinero en una inversión hecha ligeramente sin ponderarla bien, motivados por la avaricia). Sin embargo, Dios nos puede ayudar a salir de cualquier situación adversa si nos humillamos ante Él con sinceridad, reconociendo en el proceso nuestra responsabilidad, si alguna, para nuestra mayor edificación y crecimiento. De todas formas, sea cual sea nuestra situación, sabemos que todas las cosas obran para bien para el que ama a Dios y ha sido llamado según su propósito.
lunes, 10 de junio de 2013
La integridad
La
integridad del hombre, y de la mujer, vale más cuando se manifiesta en privado,
donde nadie nos ve, que cuando se presume de ella en público, por las
apariencias; esa integridad, la que se manifiesta principalmente en privado, es
la que nos lleva a prosperar en todas las áreas de nuestras vidas, porque en
privado Dios siempre nos ve. Y hablando
de lo privado, nada hay más íntimo y privado que los pensamientos, y por ahí debe
empezar la integridad del hombre y de la mujer.
domingo, 9 de junio de 2013
Dios puede hablarle al hombre como Él quiera
Dios puede hablarle al
hombre como Él quiera: por una pegatina en un carro, a través de un no
convertido o un compañero de trabajo, o quizás mediante un anuncio en la
carretera, incluso mediante una galletita de la fortuna (“fortune cookie”) de
Panda Express, pero yo creo que es mejor que nos acostumbremos a que nos hable
a través de su Espíritu Santo durante nuestro tiempo a solas con Él, siempre
filtrando y confirmando a través de las Sagradas Escrituras lo que entendemos
que nos ha dicho, porque Dios nunca nos hablará algo contrario a Su Palabra
escrita.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)