Lo único que verdaderamente me importa

Lo único que verdaderamente me importa es poderme encontrar cara a cara con Jesús, en buenos términos.

Para despedir un año

Dime: ¿Aunque no tengas tanto dinero como antes, aunque no tengas tantos familiares a tu lado como antes, aunque no tengas muchos amigos a tu alrededor, crees tú que hay mejor forma para despedir un año que despedirlo en paz con Dios, estando convencido, o convencida, de que Él te ama y te cuida?

Dios siempre quiere lo mejor para nosotros

A veces, justo después que buscamos el rostro de Dios intensamente, nos suceden cosas aparentemente malas, las cuales son precisamente las mejores cosas que nos podrían pasar, porque Dios, en su infinita misericordia, permite que esas cosas nos sucedan para evitar que cosas peores, con nefastas consecuencias eternas, vengan a nuestras vidas.  Por eso es tan importante confiar en que Dios siempre quiere lo mejor para nosotros; además, si siempre confiamos en Él y su buena voluntad, tendremos paz.

No es lo mismo

No es lo mismo trabajar para Dios que experimentar a Dios trabajando en uno; no es lo mismo.

La envidia

En términos generales envidiar es entristecerse por el bienestar de otro; por eso la enseñanza bíblica de preferirnos los unos a los otros, entre otras cosas, nos protege contra el orgullo y la envidia.

Los bienes materiales

Los bienes materiales no suelen beneficiar tu ser interior, mas el amor y el perdón sí. 

Más importante que tener dinero

Tener paz es mucho más importante que tener dinero.

Una persona en autoridad que abusa

Da pena ver a una persona en autoridad que abusa de otra sin razón, pero que debido a que a pesar del abuso la persona abusada, con la ayuda de Dios, humildemente soporta el agravio, se sobrepone al atropello, y emerge más fuerte y con mayor unción que antes, el abusador, en su asombro y perplejidad, valiéndose de un débil razonamiento, recurre al pobre argumento de que gracias a su intervención la persona agraviada ha crecido y se ha fortalecido, tratando así de obtener un inexistente crédito por el bochornoso acto meritorio de profunda contrición.

Sentarse a la orilla de un lago

Sentarse a la orilla de un lago, a darle pan a las gaviotas, es una experiencia sublime que prepara nuestro corazón para acercarse a Dios, y a veces nos puede edificar más que muchos de los libros que se encuentran en las librerías cristianas.

No te atragantes con las palabras

No te atragantes con las palabras; el conocimiento envanece, pero el amor edifica.

Si no fuera por la misericordia de Dios

Si no fuera por la misericordia de Dios ya hubiésemos sido destruidos, porque nuestra justicia no se acerca, ni remotamente, a la justicia de Dios.  A mi modo de ver, nuestro talón de Aquiles es que “pensamos y razonamos”, por tanto, no podemos alegar que actuamos mecánicamente como los animales; así las cosas, sabiendo distinguir entre el bien y el mal, frecuentemente preferimos lo que a Dios no le agrada.  Gracias a Dios por Jesucristo, quien nos eleva por encima de nuestra condición pecaminosa y, al ser sepultados con Él, nos da la victoria sobre el pecado.  Debemos creer, porque sin fe, no podemos agradar a Dios.

Porque les puede costar la vida

Curiosamente, los líderes “cristianos” que más “me gusta” (“likes”) y comentarios positivos reciben sobre sus reflexiones en FB suelen ser los que yo considero practicantes de doctrinas equivocadas.  De igual manera, los que yo considero que actúan conforme al corazón de Dios, ni siquiera pueden poner en FB lo que creen hacen, porque les puede costar la vida.

Estoy abrumado, Señor

Estoy abrumado, Señor, porque en la política he visto los errores de la derecha, también lo estoy porque he visto los de la izquierda, y porque en la iglesia me agobia la insistencia en lo material de los que creen en la súper prosperidad y por el constante juzgar de los que se proclaman seguidores del “evangelio completo”, estoy abrumado por mis propios errores, porque a veces me considero infalible, para luego ver los agujeros en mis razonamientos, estoy abrumado Señor, pero en la multitud de mis pensamientos, tú me consuelas y dejas entender que lo que me corresponde hacer es abrirte mi corazón, buscar tu rostro y hacer el bien todos los días.