Estos días navideños que para muchos
traen mucha alegría, principalmente por el toque cultural, en sí lo que hacen
es intensificar los sentimientos que tenga cada cual; si estamos alegres, nos
alegramos más, y si estamos tristes, nos entristecemos más. Por eso debemos estar pendientes de la
condición de nuestro hermano, para poder ofrecer una palabra de aliento, una
ayuda económica, de ser necesario, o quizás orar con esa persona para que Cristo,
la verdadera Navidad, se haga real en su vida y le consuele.
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