domingo, 20 de julio de 2014

Un cristiano mayor

Un cristiano mayor, bien mayor, que ama a Dios y que no se preocupa porque se le caiga el pelo, la dentadura, o que no le dé mucha importancia a las pertenencias materiales, ni a las posiciones de prestigio en la iglesia, o a otras cosas que los más jóvenes anhelan, simplemente demuestra que está soltando poco a poco el carapacho físico (el cuerpo) y los afanes de la vida (posiciones y logros) que tienden a querer reprimir al ser interior, que en esa etapa de la vida, lo único que anhela es estar junto a su Señor.

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