A veces lo que hacemos bien nos lleva a no darle
importancia a lo que hacemos mal; el problema estriba en que a veces lo que
hacemos mal es de mayor envergadura ante los ojos de Dios que lo que hacemos bien.
jueves, 27 de noviembre de 2014
Si algo te sale mal
Si algo te sale mal, y te enfadas porque
te ha salido mal, es probable que Dios esté tratando de corregirte y enseñarte
algo; ese molestoso y desagradable
enfado suele ser la primera señal de que necesitas acercarte más y someter tu
voluntad a Cristo.
jueves, 20 de noviembre de 2014
Lo que logran con el nepotismo
Cuando los líderes de una congregación
persisten en practicar el nepotismo, aunque hayan hermanos, con el llamado de Dios, mucho más
calificados para la labor de lo que están los familiares que tales líderes favorecen, estamos ante una clara señal de que algo anda mal en
esa congregación. No veo mal que un
pastor permita que sus hijos y familiares participen en la ministración de la
congregación que dirigen si éstos lo hacen bien; lo que veo mal es que no se les
permita ministrar a los más preparados, que tengan el llamado para ello,
meramente porque esos líderes quieren asegurar un lugar de prominencia para sus
familiares. Ay si supieran que lo que
logran con el nepotismo es precisamente lo contrario de lo que pretenden lograr,
porque quien crece en un ministerio a base de favoritismos por nexos de familia,
y no del llamado de Dios, eventualmente fracasará.
jueves, 13 de noviembre de 2014
Quédate tú con los maestros
Quédate
tú con los maestros que te enseñan que ganar mucho dinero demuestra tu buena
relación con Dios, que yo mejor me acerco a los maestros que me enseñan que la
buena relación con Dios se demuestra repartiendo lo más que se pueda de todo,
tiempo, cariño, y dinero, con sinceridad y sencillez.
Porque tienen visos de injusticia
A veces nos suceden cosas adversas que nos
causan un gran malestar porque tienen visos de injusticia, pero algo en nuestro
interior nos dice que tales cosas han venido como consecuencia de nuestros
hechos y que Dios las permite para nuestro bien con el fin de disciplinarnos.
Cuando eso sucede, usualmente tenemos dos alternativas: 1) luchar contra la
adversidad, casi siempre inútilmente, o 2) esperar en Dios dócilmente para en
su momento aprender la lección y seguir nuestro peregrinar. La segunda
alternativa, la de esperar dócilmente, suele ser el camino más productivo, el
camino que en su momento nos trae paz.
Procurar la restauración de ellos
He propuesto en mi corazón no criticar ni juzgar
a los hermanos de antaño que han pecado, incluso si éstos eran líderes o
pastores, porque procurar la restauración de ellos va más acorde con el plan de
Dios que desear su destrucción total; además, yo también he pecado muchas veces
y el hecho de que mis pecados no sean conocidos por los hombres no me libra de
culpa. Espero que al ser misericordioso con los demás, Dios también se apiade
de mí cuando yo falle.
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