Ceci
me cuenta que hace unos años en una reunión de la Junta de nuestra urbanización
se comentaba sobre la casa donde le daban dulces con mensajes de la Biblia a
los niños en Halloween, cuya casa había obtenido cierta buena reputación por
ello. Ceci se llenó de orgullo, del bueno, pues esa casa era la nuestra.
Nosotros nunca hemos sacado a nuestros hijos a pedir dulces en Halloween, pero
desde pequeños les enseñamos a ministrarles a los vecinitos que solían venir
con sus padres a pedir las golosinas. Lo que Ceci hacía era que vestía a
nuestros hijos con sus pijamas de Batman o Spiderman y los tres esperaban a los
vecinitos con dulces, pero con un mensaje de la Palabra de Dios y los
bendecían. Todavía seguimos con la costumbre, aunque nuestros hijos ya son
grandes; se ha convertido en una especie de ministerio. Aquí les dejo con una
muestra de los dulces que Ceci, Ciro Manasés y Álvaro repartieron este Halloween.
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