El mayor alivio de salir de una gran
prueba, de esas que duran años, es el consuelo que nos trae saber que Dios nos
ama, nos escucha y está con nosotros.
Sabemos que no vivimos a base de ver y sentir, sino que vivimos por fe,
pero Dios, que nos escucha y nos ama, también nos complace dejándonos sentir su
presencia de manera sobrenatural.
Busquemos su presencia siempre.
Por algo Dios le dijo a Moisés que su presencia iría con él y y le daría
descanso, y por algo Moisés le habrá respondido: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos
saques de aquí.” Busquemos Su presencia
y la encontraremos, pero busquemos de buen corazón.
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