Todos somos malos y buenos, todos tenemos
profundas luchas para perseverar. Nuestra condenación o salvación no dependerá
de nuestras obras, sino de nuestra fe en Jesús, demostrada mediante el
arrepentimiento y una entrega total a Él. Y si tienes dudas respecto a si lo
que haces te lleva por el camino correcto, entonces ama, ama y da hasta que no
puedas amar ni dar más.
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