jueves, 21 de febrero de 2013

Tanto ruido

Tanto ruido, tantas opiniones diversas sobre tantos temas diferentes.  Es tan fácil confundirse y perder el norte, involucrarse en la retórica y participar en el diálogo, o monólogo, que sólo logra alimentar nuestro ego.  Pienso que es mejor salirse de la vorágine y dedicarse con humildad al servicio de Jesús, porque todo lo demás es ruido que pretende desviarnos del llamado de Dios.

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