miércoles, 19 de junio de 2013

Una palabra de dirección

Uno de los principales escollos de alguien que triunfa en la vida es que se le hace difícil escuchar las opiniones relacionadas con el proyecto de vida en el cual han triunfado cuando éstas vienen de personas que no han logrado lo que ellos, los que “triunfan”, han alcanzado; esto es así a veces porque piensan: “Por qué voy a escuchar a alguien que ha fracasado”, o “me critica por envidia,” por dar algunos ejemplos.  Esto sucede en todos los ramos profesionales de la vida, los seculares y los proyectos de la iglesia.  Por eso, para los cristianos, es tan importante mantenerse humilde, aunque uno sea líder de una congregación de 20,000 miembros.  Dios tiene métodos muy diferentes a los de los humanos para dirigirnos en Su Voluntad y puede escoger a la persona más humilde, menos preparada académicamente, de pocos logros materiales, e incluso sin mucha influencia en la iglesia, pobre en cuanto a dinero, sin muchas conexiones en la comunidad, de presencia sencilla y común, e inclusive que haya tenido ejecutorias “menores” a las nuestras, para traernos un consejo directo de Él; si nosotros recibimos a esa persona con prejuicio, menospreciando por algunas de esas razones su consejo, podemos rechazar en el proceso una palabra de dirección que viene directamente del Trono de la Gracia a nuestras vidas.

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