martes, 17 de septiembre de 2013

Martillo en mano

Cuando en su ira Dios levanta su brazo, martillo en mano, para hacer justicia, hay esperanza para que detenga su furor si el destinatario del golpe justiciero se humilla de corazón mientras el brazo de Dios asciende; de lo contrario, cuando el brazo de Dios desciende para hacer justicia, difícilmente se librará el ofensor del martillazo.

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