A mi modo de ver,
Dios nos habla principalmente a través de las Escrituras, pero en el diario
vivir, yo, por si acaso, le presto atención incluso
a mí perrita, porque a la hora de Dios querernos decir algo, nos habla como
quiera, a través de quien quiera, y cuando quiera. Las circunstancias no deben dominar nuestras
vidas, pero Dios frecuentemente las utiliza para dirigirnos en su voluntad.
Pues antes yo perdía muchas energías batallando contra las circunstancias, hasta que aprendí a las malas, que son como las vallas de seguridad de las autopistas.
ResponderEliminarMe gusta esa analogía, Basilio.
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