No te
desanimes cuando la mente te falle, porque siempre te queda el corazón, y ése
sostiene y respalda hasta los más erráticos razonamientos; por eso debes
procurar tener siempre un buen corazón, pues nunca sabes cuándo necesitarás que
saque la cara por tu mente magullada por la edad o alguna dolencia.
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