martes, 3 de marzo de 2015

El dolor del corazón


Muchas veces la persona que menos nos imaginamos está necesitada, sin saberlo, de que le hablemos de Jesús, porque frecuentemente una buena profesión, un buen carro, una buena casa, hijos exitosos y un cónyuge casi perfecto no nos permiten ver el dolor del corazón de la persona que aparenta tenerlo todo.

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