Hay quien se aferra a sus logros, hay
quien se aferra a la familia, hay quien se aferra al prestigio, hay quien se
aferra a su ministerio, hay quien se aferra al poder, hay quien se aferra a su
imagen, y hay quien se aferra a lo que los demás piensan, pero yo me pregunto:
¿por qué aferrarse a esas cosas que son pasajeras? ¿No será mejor que nos aferremos a lo que
permanece para siempre?
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