miércoles, 22 de mayo de 2013

Cuando el mundo no nos respete


Cuando la ley no nos permita tener grandes templos en los cuales se puedan hacer grandes actividades para recoger grandes ofrendas; cuando nuestro mensaje de paz sea considerado por la sociedad como un mensaje de odio; cuando no podamos hacer actividades por televisión para alcanzar a mucha gente y recoger grandes aportaciones; cuando no podamos vivir de las ventas de nuestros libros porque sean ilegales; cuando el mundo no nos respete y deje de decirnos: “pase por aquí reverendo”; entonces serviremos al Maestro desinteresadamente con genuina devoción y probablemente, cuando tengamos que hablarle bajito por temor a la persecución, nos oiga mejor y con más satisfacción que cuando orábamos a toda voz por costosos sistemas de altoparlantes. 

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