¿Por qué
será que una persona que pierde el celo por Dios y decide reconciliarse con Él y
servirle de corazón recibe ataques por todos los frentes: vecinos, hermanos en
la fe, compañeros de trabajo y hasta de sus propios familiares? ¿Por qué será que
cuando declaras ayuno alguien suele venir a ofrecerte algo de comer? ¿Por qué será que cuando te propones leer la
Biblia de noche enseguida te entra sueño?
Con el tiempo he notado que esas adversidades no son permanentes, porque
si persistes en servirle a Dios de corazón, a la larga aun tus enemigos estarán
en paz contigo; si declaras ayuno y permaneces firme, el que te ofrece de comer
dejará de hacerlo; y si decides leer la Biblia y buscarle en oración, aunque
sea de noche, si persistes en hacerlo, el sueño huirá. Estamos en una guerra espiritual campal en la
cual el enemigo de tu alma hará todo lo que pueda para tratar de evitar que tú llegues
al Cielo. Pero considera que: ”…el reino de Dios avanza a pesar de sus
enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él.” ¡Persevera!
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