El Bayern
Múnich, equipo de fútbol alemán, acaba de ganar la copa de la UEFA de esta
temporada. En la magnánima celebración,
los jugadores y seguidores gritaban, saltaban y lloraban de alegría, lo cual no
veo mal. Pero, que a mí que nadie venga
a decirme que soy un fanático irracional cuando brinque y llore de alegría al
sentir la presencia del Espíritu de Dios mientras adoro a Jesús, quien murió y
resucitó por mí y está sentado a la diestra del Padre pendiente a mis
necesidades. Las cosas como son.
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