miércoles, 19 de marzo de 2014

El despiste de un líder

La fuerza de la iglesia se manifiesta en la unidad, porque la iglesia ha sido llamada a funcionar como un cuerpo.  Cuando un líder de una congregación piensa que debe controlar los destinos de “su” rebaño, sin contar con la participación directa del rebaño, se expone a errar.  Pero claro, como a veces nuestros intereses personales como líderes son más poderosos que los intereses del rebaño, se nos hace difícil anteponer el bien de la congregación sobre nuestros frecuentemente equivocados y egoístas objetivos.  La destrucción de una congregación dinámica y saludable suele comenzar por el despiste de un líder que considera que está por encima del cuerpo y no se somete a éste con humildad, sinceridad y noble corazón. 

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