Uno de los
mayores y más dañinos engaños que socavan la efectividad de un líder en la
iglesia, y que suele ser la primera señal de despiste espiritual, es pensar que
porque se tiene buena relación con un pequeño grupo dentro del rebaño se está
haciendo una buena labor, ya que tal líder suele interpretar que la afinidad
con ese pequeño grupo valida su gestión.
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