jueves, 25 de julio de 2013

Letales para la vida de un cristiano

La carne también tiene su faceta espiritual.  En ese sentido, las batallas espirituales de la carne a veces son más difíciles que las que más se aproximan a las netamente carnales.  Por ejemplo, el deseo de comer, divertirse, o tener contacto físico con una persona del sexo opuesto son deseos de la carne que pueden ser lícitos o ilícitos, dependiendo de su contexto, y cuando vienen en forma de tentación suelen ser claramente identificables con “la carne”, lo cual facilita nuestra lucha contra ellas.  Por otro lado, hay tentaciones de la carne que se identifican menos con los deseos del cuerpo, incluyendo la mente, y más con los del ser interior de la persona y que cuando no son identificados claramente, pueden ser letales para la vida de un cristiano.  Por ejemplo, las ansias de poder, la necesidad de ser adulado, el afán por controlar a otros, el orgullo manifestado en una personalidad prepotente, y el amor a las riquezas, son también aspectos de la carne con claro y directo efecto espiritual, que por sus propias características afectan más la faceta espiritual de la carne y, como tal, pueden ser mucho más dañinas para los cristianos por tender a ser camufladas y no fácilmente identificables por el que sucumbe a ellas,  cuando el corazón de esa persona no es recto ante Dios, aunque en su mente piense que quiere agradarle.

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