Nunca te
apartes de la Palabra de Dios para seguir tu corazón, porque aunque los
sentimientos que salen del corazón parecen muy bonitos y puros, a veces no son
los sentimientos más correctos, porque “engañoso es el corazón más que todas
las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
Si bien es
cierto que del corazón salen los más profundos sentimientos de amor, de él
también pueden salir las más confusas emociones, por cuya razón debemos siempre tener
Su Palabra como lumbrera y nuestra mente lista para usar la Palabra como cedazo
y guía para dirigir nuestras vidas en el Camino de la Verdad. Por eso es tan importante que amemos a Dios
con todo nuestro corazón, alma y mente, como nos enseñó Jesús. A mi modo de ver, con nuestro corazón
expresamos nuestros sentimientos más profundos, con el alma nuestro ser
interior se expresa y nuestra mente nos ayuda a ejercer nuestra voluntad de
acuerdo con Su Palabra, para que nuestra entrega se convierta en nuestro “culto
racional”.
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