Si estás
enojado o molesto con alguien en tu hogar a tal punto que se ha afectado la
relación familiar, recapacita, porque podría ser que estés cayendo en la trampa del enemigo, porque él sabe que Jesús dijo que “una casa dividida
contra sí misma no prevalecerá”. Seamos
astutos y no caigamos en la trampa del enemigo. Si quieres vencer, ama, porque el
enemigo de tu alma detesta el amor. Dios
es amor.
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