Nunca pienses que Dios te ha abandonado
porque ves a otros prosperar y tú te sientes estancado. Apártate del mal, anímate, esfuérzate, levántate,
camina, sonríe, alaba y la victoria regresará a tu vida porque Dios siempre
respalda al que creyendo se aparta del mal y lucha, porque la lucha bien
intencionada usualmente es la mejor señal de fe que puede demostrar el hombre,
y la mujer, que cree.
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