A veces nos pasa
como a Balaam, que algo que no vemos se interpone en el camino entre nosotros y
nuestro caprichoso objetivo final, pero somos tan obstinados que no nos
detenemos a pensar si hay algo que Dios quiere que arreglemos en nuestras
vidas, antes de que Él pueda derramar su bendición sobre nosotros; porque, créeme, Dios quiere bendecirnos mucho
más de lo que nosotros nos imaginamos, pero Él es recto y justo, y aunque
perdona todos nuestros pecados si nos arrepentimos, suele dirigirnos,
frecuentemente mediante circunstancias adversas que no entendemos bien (como la
burra de Balaam que no quería caminar porque veía al ángel que su amo no veía),
para que nos detengamos en nuestro obstinado camino, nos arrepintamos y le
sirvamos de corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario