viernes, 7 de febrero de 2014

Querer hacer nuestra voluntad

Nuestro deseo de querer hacer nuestra voluntad es uno de los principales obstáculos para someternos plenamente a la voluntad de Dios.  Desde la infancia, incluso desde antes de saber hablar, ya vemos que los grandes conflictos del ser humano se centran en el deseo de querer hacer lo que le place.  Basta con observar a un infante, incluso a un bebé, manifestar sus frecuentes rabietas, para entender que la inclinación del corazón del ser humano es querer hacer su propia voluntad.  Esa terca voluntariedad nos sigue hasta la adultez.  Reconozcamos nuestras debilidades y pidámosle al Señor que nos ayude a servirle y obedecerle con mansedumbre.  Así nos ayude Dios.

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