lunes, 24 de febrero de 2014

Hemos crecido como el rabo de la vaca

Algunos de nosotros, de los que comenzamos en el Camino con mucho entusiasmo y llevamos años sirviéndole al Señor, pensamos que por lo mucho que hemos pasado hemos crecido enormemente, pero en realidad hemos crecido como el rabo de la vaca: para abajo.  La medida de nuestro crecimiento no es el monto de las adversidades y vicisitudes que hayamos pasado, sino más bien si nos parecemos más a Cristo ahora que cuando comenzamos.

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