Hoy ha sido un día para meditar. No podemos decir que es un día de alegría,
porque para muchos ha sido un día de profunda tristeza y melancolía, porque la
Navidad aumenta la alegría del corazón alegre, pero también suele aumentar la
nostalgia y melancolía del que está triste.
Por tanto, con humildad se deben gozar los alegres en un día como hoy y
con resignación y fe pasar el trago amargo los alicaídos. Todos debemos orar y sostener al que hoy está
melancólico porque añora los días felices de prosperidad y unión familiar, mostrando
hacia él, o ella, comprensión y profundo cariño en el Señor. Así las cosas, si estás alegre disfruta y si
estás triste haz oración y ten paciencia, porque de seguro tu tristeza también
pasará, ya que siempre que la marea sube, luego baja.
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