viernes, 27 de diciembre de 2013

Si no fuera por la misericordia de Dios

Si no fuera por la misericordia de Dios ya hubiésemos sido destruidos, porque nuestra justicia no se acerca, ni remotamente, a la justicia de Dios.  A mi modo de ver, nuestro talón de Aquiles es que “pensamos y razonamos”, por tanto, no podemos alegar que actuamos mecánicamente como los animales; así las cosas, sabiendo distinguir entre el bien y el mal, frecuentemente preferimos lo que a Dios no le agrada.  Gracias a Dios por Jesucristo, quien nos eleva por encima de nuestra condición pecaminosa y, al ser sepultados con Él, nos da la victoria sobre el pecado.  Debemos creer, porque sin fe, no podemos agradar a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario