jueves, 10 de octubre de 2013

El servidor de todos

A veces Dios nos llama a hacer, a ejecutar, a predicar, a enseñar y edificar al cuerpo de Cristo para lo cual pone una unción especial en la persona que llama, cuya unción casi todos disciernen e identifican, la cual hace que quieran acercarse a esa persona, no por lo que es, sino porque Dios llega a sus corazones a través de ella.  El tercero que esa unción reconoce y sirve de puente para ayudar a ejecutar lo que Dios le pide a la persona que llama y unge, se llevará la misma recompensa que el que fue llamado, y alegrará mucho el corazón de Dios, porque Dios busca esa unidad de propósito, ese enfoque de amor desinteresado que procura el beneficio del Reino, sin celos, sin contiendas, y sin reproches.  En eso consiste la unidad en amor, y eso es lo que Dios nos pide, y el que así sirve será grandemente recompensado, porque Jesús nos enseñó que el más grande entre nosotros, será el servidor de todos.

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