sábado, 26 de octubre de 2013

Llorar de arrepentimiento

¡Ay qué bueno, refrescante y liberador es llorar de arrepentimiento y quebranto ante la presencia de Dios!  Dichosa la persona que procura el quebranto y dichosa la persona que lo logra, porque llorar de arrepentimiento ante Dios es probablemente el mayor privilegio que se le puede conceder a una persona.

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