Le pido a Dios
que fortalezca al cuerpo de Cristo en Malasia, el cual está compuesto por los
misioneros que trabajan con amor para obedecer a Jesús en esa tierra y a los
creyentes locales que han decidido servir al Rey de Reyes, a pesar de la
persecución. Dios ve lo que está pasando
y no los ha abandonado. Estén firmes,
que el galardón nadie se los podrá quitar.
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