Le pido a Dios
que derrame su Espíritu Santo en Malasia de una forma poderosa, que quebrante
corazones, que cambie vidas, que los perseguidores se conviertan a Cristo y
sean testimonio a toda la nación, como el apóstol Pablo se convirtió en
testimonio para su pueblo y para el mundo entero, que salgan evangelistas de
Malasia a dar testimonio de que Dios no salva con dinero y riquezas sino con el
poder transformador de su Espíritu Santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario