jueves, 7 de noviembre de 2013

Decidió ser fuerte y no negar a Jesús

Anteayer, en un avión, Dios permitió que me sentara al lado de una pastora con pasión por las misiones, sobre cuyo tema estuvimos hablando por un buen rato.  Me contaba ella sobre una chica en Marruecos que lo único que tenía para alimentarse espiritualmente eran unos pocos versículos bíblicos que guardaba en un papelito escondido en su cama y las transmisiones radiales (“underground”) de unos misioneros, que escuchaba escondida cuando podía.  Sus padres no sabían que había aceptado a Jesús hacía unos seis años, porque mantenía su fe escondida de ellos por temor a serias represalias.  Un día su madre, mientras trabajaba en el cuarto de ella, encontró el papelito con los textos bíblicos y la confrontó.  Ella decidió ser fuerte y no negar a Jesús y admitió su fe.  Su madre, al enterarse, en vez de recriminarle por su fe, la abrazó y se mezclaron en un profundo llanto cuando le dijo a su hija que ella también le servía a Jesús en secreto desde hacía seis años.  No sé, pero a veces pienso que debemos leer el Nuevo Testamento como si nunca lo hubiésemos leído, sin opiniones preconcebidas de lo que es la vida cristiana, y ver la conducta de la iglesia primitiva para imitarla con un limpio corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario