viernes, 15 de noviembre de 2013

El odio suele ir de la mano del orgullo

Cuando el odio trata de apoderarse del corazón de una persona, empieza merodeando en su mente, a través de pensamientos oscuros que ignoran el amor, y su corolario el perdón.  Ahí empieza el odio a echar raíces, como la yerba mala, hasta que de la mente pasa al corazón.  El odio suele ir de la mano del orgullo, y cuando éstos se unen en el corazón, destruyen a su anfitrión.  Jesús nos enseñó que tanto el odio como el orgullo se combaten con humildad, amor y perdón, antídotos perfectos que protegen el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario