Si te sientes muy sucio para que Dios pueda hacer proezas a través
de ti, ven a Jesús diariamente y verás que Él te mantendrá limpio y te
capacitará. ¿Acaso no nos acordamos de
la parábola del fariseo orgulloso de sus obras y el publicano que no se atrevía
ni siquiera a levantar sus ojos al cielo?
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