Tienes razón, el
dinero no debiera ser el énfasis principal de las predicaciones de nuestros
pastores, porque de la abundancia de nuestros corazones hablan nuestras bocas. Cuando un pastor predica la mayor parte de su
tiempo sobre la prosperidad de Dios y sobre lo importante que es dar para la
obra de Dios para que seas prosperado, eso demuestra que sus prioridades están
trastocadas y necesita urgentemente que Dios trabaje en su corazón y enderece
sus prioridades. La prioridad de un
pastor debe ser la gente y no sus cosas.
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