Cuando un hombre (o
una mujer) quiere conocer la verdad, el propio Espíritu de Dios lo dirige a
Jesús, paulatinamente. De igual manera,
a mi modo de ver, cuando un cristiano quiere (de corazón) servirle mejor a
Jesús y se esfuerza para ello, el Espíritu Santo primero lo dirige a
consagrarse y si por alguna razón hay cosas en su vida que estorban, pero se le
hace difícil dejar, Dios le va quitando poco a poco todo lo que le entorpece su
crecimiento porque ve que esa persona verdaderamente quiere estar más cerca de
Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario