miércoles, 13 de noviembre de 2013

Jeremías no podía dejar de hablar

A pesar de sus frustraciones, y de todos los malos ratos que pasó, Jeremías no podía dejar de hablar por esta razón:


"Por eso dije: «¡No me acordaré más de él
ni hablaré más en su nombre!»
No obstante, había en mi corazón
como un fuego ardiente metido en mis huesos.
Traté de resistirlo, pero no pude."

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