Cuando sirviéndole
a Jesús pasan los años y empiezas a ver con el corazón, en vez de con los ojos,
entiendes que ha habido un cambio de fondo en ti, entiendes que el carácter de
Dios se ha ido forjando poco a poco, casi sin que te dieras cuenta, y empiezas profundizar
en amar y te es más fácil detectar el peligro, porque ambas cosas son más
efectivas cuando se originan en el corazón; y esas dos habilidades que Dios nos
da, las de amar y detectar el peligro, se perfeccionan con el pasar del tiempo,
si amas a Dios en Espíritu y en verdad, lo cual no puedes hacer sin no amas a
tus hermanos en la fe.
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