Durante una
reciente conversación con un hermano muy sabio, éste me decía que muchos nos
escondemos detrás del “cuando Dios me diga,” ”cuando Dios me hable,“ o “yo
actúo cuando Dios me dirija,” para intervenir en un asunto que requiere que se haga
algo para hacer justicia, pero nos olvidamos de que la Palabra escrita de Dios
constituye la mejor dirección para usted actuar en cualquier asunto de esa
índole tan pronto le sea factible. Por
supuesto que hay excepciones, pero como regla general, no se quede esperando
a que Dios le hable para actuar si ya usted sabe lo que las Escrituras dicen
sobre el particular.
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