miércoles, 7 de agosto de 2013

Debemos llorar más

Pienso que tanto los hombres como las mujeres debemos llorar más, porque las lágrimas sinceras, cuando salen por los ojos, limpiándolos, suelen haber limpiado primero el corazón.  Nuestro llanto sincero no debilita nuestra fe, la fortalece más, porque demuestra nuestra dependencia total en Dios.  Llorar suele mostrar sensibilidad y Dios quiere que seamos sensibles.  Llorar nos acerca más a Dios; por eso llorar con sinceridad, y no tratando de manipular, puede ser una profunda experiencia espiritual.  En este sentido, me parece importante notar que justo antes de tener un emotivo diálogo público con el Padre, y de hacer uno de sus milagros más notables, “Jesús lloró.”

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