Si quieres
parecerte más a Cristo tienes que dejar de mentir, porque el que miente se
parece más al padre de toda mentira, quien es la antítesis de Cristo, quien es
La Verdad. No se puede ser cristiano y
practicar la mentira, en todas sus modalidades, incluyendo elaborados
subterfugios diseñados para justificar posiciones que pretenden ocultar la
verdad.
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