Hoy me imaginaba, a mi limitada manera,
cómo sería el proceso del Juicio Final y qué sentiríamos en el proceso. Estoy convencido de que no será como los
juicios humanos. Para empezar, Dios es
Todopoderoso y en el Cielo se comunicará con toda perfección. Así las cosas, como seremos juzgados por nuestras
obras, me imagino que cuando se evalúen las cosas buenas que hemos hecho a
otros, probablemente sintamos en nuestro ser exactamente lo bueno que sintieron aquéllos beneficiados por nuestras
buenas obras y sintamos también en cierto modo lo que Dios sintió, por decirlo
de alguna manera, mientras hacíamos lo que le agradaba. De igual manera, es posible, y pienso que
probable, que también sintamos en nuestro ser lo que sintieron aquéllos a quienes
perjudicamos con maldad, perfidia e incluso alevosía. En ese sentido, cuando experimentemos el
dolor que experimentaron aquellos a quienes herimos indebidamente, la
convicción y la culpa serán impresionantes, si no nos arrepentimos antes de
llegar al Juicio Final.
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