lunes, 26 de agosto de 2013

Maldad, perfidia e incluso alevosía


Hoy me imaginaba, a mi limitada manera, cómo sería el proceso del Juicio Final y qué sentiríamos en el proceso.  Estoy convencido de que no será como los juicios humanos.  Para empezar, Dios es Todopoderoso y en el Cielo se comunicará con toda perfección.  Así las cosas, como seremos juzgados por nuestras obras, me imagino que cuando se evalúen las cosas buenas que hemos hecho a otros, probablemente sintamos en nuestro ser exactamente lo bueno que  sintieron aquéllos beneficiados por nuestras buenas obras y sintamos también en cierto modo lo que Dios sintió, por decirlo de alguna manera, mientras hacíamos lo que le agradaba.  De igual manera, es posible, y pienso que probable, que también sintamos en nuestro ser lo que sintieron aquéllos a quienes perjudicamos con maldad, perfidia e incluso alevosía.  En ese sentido, cuando experimentemos el dolor que experimentaron aquellos a quienes herimos indebidamente, la convicción y la culpa serán impresionantes, si no nos arrepentimos antes de llegar al Juicio Final.

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