En la
iglesia de Jesucristo, el amor al dinero y el amor al poder te llevan a relegar
la importancia del amor a los hermanos, y cuando eso pasa, has fallado al blanco,
porque no se le puede servir a Dios y a las riquezas a la misma vez y tampoco
le puedes servir como Él te pide si no amas a los hermanos.
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