sábado, 29 de septiembre de 2012

La enseñanza que nos ha querido comunicar al hacernos esperar

Anteanoche salí  tarde del trabajo, porque un cierre se me complicó.  Ceci había tenido un día igual de complicado, pues había trabajado 12 horas, y me pidió que les trajera comida a los niños.  Llegué a casa preocupado porque a lo mejor los niños estaban muy sentidos y enojados porque tuvieron que esperar.  Cuando llegué, puse la comida en la encimera de la cocina.  Ambos vinieron hacia mí, humildemente y con mucha comprensión por mi complicado día.  Primero, Ciro Manasés se me acerca y me dice cariñosamente: “¡Gracias papi!”  Casi enseguida viene Álvaro y poniéndome el brazo por encima de mi hombro me da las gracias también sin ningún tipo de animosidad.
 

Me sentí tan bien de que mis hijos no me hubiesen reprochado por haber llegado tarde y en vez de quejarse se mostraron agradecidos con extraña ecuanimidad para dos niños de 12 y 14 años de edad.  Esos niños me enseñaron una lección de humildad.  Supongo que Dios se siente igual de bien cuando nosotros pacientemente y sin desesperarnos esperamos por Él hasta que venga a nuestro auxilio en el momento oportuno, en vez de reprocharle por la tardanza, y agradecemos su intervención cuando ésta finalmente llega, tratando de entender la enseñanza que nos ha querido comunicar al hacernos esperar.



4 comentarios:

  1. Ivonne Tamayo Maseda1 de octubre de 2012, 14:29

    Mi hermano, Ciro: De todas tus reflexiones, siempre aquellas en que compartes tus vivencias con tus dos hijos, para mí, son las más conmovedoras. Veo en ellos el reflejo del depósito divino que con tanto esmero has sembrado, al igual que tu esposa...nuevamente se me saltan las lágrimas por todos aquellos "hijos huérfanos de padres vivos" que abundan en nuestra sociedad... El verdadero ministerio de cada ser humano comienza en el hogar, ese es nuestro púlpito más trascendental...sabes que admiro la forma tan excelente con que llevas a cabo tu encomienda sagrada!!

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    1. Gracias Ivonne, por tus bellas palabras. Yo también cometo errores, pero si hacemos todo con amor, nuestros hijos nos perdonan porque ellos, incluso siendo chicos, saben que también cometen errores.

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  2. De veras que me has ministrado muuuucho hoy, gracias Ciro.

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    1. Ay Julia, con ese feedback ya me siento satisfecho de todas las entradas que he puesto en el Blog durante el mes de septiembre. Lo que comencé como un proyecto de universidad, se ha convertido en un proyecto para dar vida.

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