Cuando
tengas mucho trabajo y no sepas por dónde empezar, detente en tus caminos y preséntate
ante el Señor, pidiéndole sabiduría y
dirección para organizar tu día. La organización
fructífera de tu día laboral comienza con la devoción a Dios en Espíritu y en
verdad. Si así haces, todo lo demás
caerá en su sitio de manera sobrenatural y jamás te sentirás sobrecargado
porque los milagros de Dios para el que le sirve como Él pide comienzan con el
fluir de los asuntos en su vida cotidiana.
A eso es a lo que Dios se refiere cuando te pide que le obedezcas “para
que te vaya bien.”
Amen Ciro! Cuando buscamos "primeramente del reino de Dios y su justicia", todo lo demás cae en su lugar...mi experiencia personal es que Dios nos " estira" el día.
ResponderEliminarMe encanta la forma en que lo presentas, cuando dices que nos "estira" el día.
ResponderEliminar