martes, 18 de septiembre de 2012

En un cepo

Hace un rato llegué del Seminario.  Estoy cansado y debo dormir, así que no escribiré mucho.  Solamente les quiero decir, con mucha alegría, que Ceci llegó anoche.  Todos los hombres casados que trabajan mucho, debieran darle unas vacaciones a sus esposas y tomar las riendas del hogar por al menos dos semanas, atendiendo a los niños y todo lo que ello conlleva.  Sin trampitas ni amigos o parientes ayudando, solitos con la ayuda de Dios.  Estoy convencido de que eso hará más por la salud del matrimonio que muchos libritos y seminarios juntos; y si su esposa es trabajadora como la mía, será como si lo hubiesen puesto en un cepo, dándole tiempo para reflexionar y apreciar lo que ella hace.

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